sábado, 25 de julio de 2009

Panfleto antipedagógico

Interesantísimo el libro “Panfleto antipedagógico” de Ricardo Moreno Castillo.

Sobre el autor decir que es catedrático de Instituto y profesor asociado en la Facultad de Matemáticas de la Universidad Complutense.

Sobre el libro decir que es cortito (55 páginas) pero es interesantísimo, yo diría que es imprescindible leerlo tanto si te interesan estos temas como si no. En el libro se analiza la LOGSE y en qué ha fallado según el autor. En primer lugar se distribuyó por Internet y debido a su éxito también se editó en papel. Aún se puede encontrar en Internet aquí.

Los capítulos son los siguientes:
- Defensa de la memoria y los contenidos.
- La mentira de la motivación.
- La falacia de la igualdad.
- La falsedad de la enseñanza obligatoria.
- Las buenas intenciones.
- La buena educación.
- Por qué se debe estudiar filosofía.
- Por qué no se debe estudiar religión en la escuela pública.
- La enseñanza participativa.
- La formación del profesorado.

Y ahora para los que no quieran/puedan leerlo, paso a comentar lo más interesante a mi parecer:

- Nunca se han dedicado tantos recursos como en la actualidad a la educación y sin embargo nunca se ha obtenido tanto desánimo e incultura. El problema principal no es por tanto de recursos.

- Las clases no deben ser lúdicas, deben forjar la cultura del esfuerzo.

- Los trabajos de memorización son importantes. Un libro es una extensión de nuestra memoria limitada. Se puede entender que no sepamos de memoria una fórmula complicada, pero debe saberse que existe y cómo se utiliza. Si en un examen se permite usar libros de consulta, no significa que no sea necesario estudiar previamente. La comprensión de la materia no se consigue por el hecho de tener el libro delante, es necesario hacer un esfuerzo.

- El trabajo de los alumnos es aprender, de igual forma que la del albañil es poner ladrillos. Que cada uno busque la motivación donde pueda para hacer bien su trabajo. ¿Por qué se le pide a los profesores que motiven a los alumnos? ¿Motiva el jefe a sus empleados o estos tienen que venir motivados de casa?

- El alumno no quiere ir al colegio porque es aburrido, prefiere jugar. Es normal y comprensible, de igual forma que prefiere comer dulces en vez de verduras.

- En pro de la igualdad de oportunidad, se pretende que los alumnos más atrasados no se pierdan y para ello se dedica más tiempo a ellos olvidando a los que llevan un ritmo más alto. Con esto lo que se consigue es cortar la progresión de los que pueden dar más de sí. Imaginemos un niño con una situación familiar difícil que va bien en clase y que debido a la “igualdad de oportunidad” descrita no puede aprender todo lo podría. Sin embargo, otros alumnos con mejor situación familiar y peor predisposición a estudiar sí podrán aprenderlo de otras formas, por ejemplo porque sus padres tienen conocimientos que le traspasarán. ¿Es esto igualdad? ¿Se le está ayudando al alumno “pobre” que quiere estudiar o realmente se le está perjudicando?

- Sólo en un sistema donde se valora el trabajo y la inteligencia podrán competir los pobres con los ricos. Si se baja el nivel, lo pobres no podrán demostrar que son mejores que los ricos. Se impide el elitismo y se aliente la medianía.

- La libertad y la igualdad son inversamente proporcionales. Por ejemplo, en un colegio concertado existe la obligación de llevar uniforme. Evidentemente no existe la libertad de vestimenta, sin embargo se ha conseguido igualar a los alumnos en ese aspecto. No podrán darse conflictos porque un alumno vista de forma diferente al resto.

Otro ejemplo, supongamos que no existe conservatorio de música en una ciudad (no existe la libertad de aprender música) y por lo tanto nadie podrá tener esos conocimientos (en teoría) y todos estarán igualados en su desconocimiento. En el caso de existir un conservatorio aparecerá una desigualdad entre los asisten a clase y los que no y más aún, entre los que realmente son buenos y los que no.

- La “enseñanza obligatoria” no es obligatoria ya que no se obliga a:
o Estudiar
o Ir (no es delito)
o Respetar la buena marcha de las clases respetando a profesores y compañeros. ¿Se imaginan un servicio militar obligatorio similar a esta “enseñanza obligatoria”?

- Si un alumno no quiere aprender y no permite que los demás lo hagan, saquemos a ese alumno de clase o no vendamos que tenemos una educación de calidad. No puede ser de calidad si con el apoyo al “malo”, los “buenos” están perdiendo oportunidades.

- La calidad de la enseñanza y la disciplina son inversamente proporcionales. Si no hay disciplina (no se está hablando de castigos físicos) no puede haber educación de calidad con las actuales circunstancias.

- Actualmente la edad mínima para trabajar son los 16 años. Para los que no quieren estudiar, el colegio supone el lugar en el que tienen que estar hasta cumplir la edad y poder empezar a trabajar. ¿Por qué no se preparan unos talleres en los que puedan ir aprendiendo un oficio?

- Para aprender es indispensable tener previamente buenos modales y eso se aprende en la casa, no en el colegio.

Mi calificación: 8

Para quien quiera más:
- Un artículo corto del autor
- Entrevista al autor

3 comentarios:

yvi dijo...

Me gustaría hacer dos comentarios.

1.- "El trabajo de los alumnos es aprender, de igual forma que la del albañil es poner ladrillos."

No, no lo es. Estudiar no es un trabajo. Si lo fuera, sería remunerado.

2.- "Las clases no deben ser lúdicas, deben forjar la cultura del esfuerzo."

No entiendo la dicotomía: los muchachos, p.ej., dedican un gran esfuerzo a un partido de fútbol, que de seguro es algo lúdico...

¿No estaremos confundiendo esfuerzo y sacrificio? Quien piensa que estudiar es desagradable, es un sacrificio, no debería dar clase.

El Blogeante dijo...

Decir que el trabajo de un alumno es estudiar, evidentemente no hay que tomarlo al pie de la letra.

Sobre el segundo punto entiendo que el panfleto se refiere a la corriente pedagógica que promueve el uso de juegos como vehículo para el aprendizaje. Quizás sea expremista, pero esto a mí me sugiere el uso de un nuevo caparazón de protección para el alumno, no vaya a ser que lo traumaticemos porque el alumno tenga que esforzarse. Al final habrá que llegar al punto medio, como decía Aristóteles.

En mi opinión hay que exigirles a los alumnos, evidentemente según su edad, y dejarnos de tanta protección.

A un alumno normal no le gusta estudiar, prefiere estar jugando como es normal. Conforme uno madura la cosa cambia y es capaz de disfrutar estudiando/aprendiendo.

yvi dijo...

Sabias palabras, blogeante :) Un abrazo!