Todos estamos al tanto del incremento del precio de los combustibles en los últimos tiempos y que ha provocado una huelga en el sector de los transportistas.
Una parte importante del precio de los combustibles son debidos a los impuestos. Por ejemplo, actualmente por cada libro de gasoil pagamos 27 céntimos de litro, lo que representa un 20% tomando 1.30€ el litro. En el caso de las gasolinas la cantidad es aún mayor, 37 y 40 céntimos para la gasolina de 95 octanos y 98 respectivamente.
Así pues, el gobierno tiene en su mano el poder disminuir el precio. Por ahora, el ministro Solbes ha declarado que de disminuir los impuestos nada de nada. Como casi todo, el reducir los impuestos tiene su parte buena y su parte mala. La buena es que los ciudadanos ven aliviados sus bolsillos. La mala es que el gobierno deja de recaudar muchísimo dinero que podría dedicar, por ejemplo, a promover medidas que nos hiciera menos dependientes del petróleo o que el ciudadano dosificara el uso de su vehículo privado a los momentos imprescindibles.
No olvidemos que España tiene uno de los combustibles más baratos de Europa. De todos es conocido que a los portugueses que viven cerca de la frontera, les sale a cuenta atravesar la frontera y repostar en nuestras estaciones de servicio. Pero esta ventaja puede tener los días contados, ya que al parecer existe una directiva europea para igualar los precios de los combustibles, y a nosotros nos tocaría subida. Otra más.
Para quien quiera leer más sobre el tema, recomiendo dos artículos breves pero intensos: el primero y el segundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario